El otro dÃa oÃ
que los mejores sentimientos los plasmamos en papel cuando más derrumbados
estamos.
Y sÃ, es cierto.
Y sÃ, es cierto.
Creà que hoy serÃa el
mejor dÃa para hablar. El mejor dÃa para escribir y mas que nunca, pensé que ese
dÃa iba a ser el mejor dÃa para sentir.
Esa
noche sentÃa que mi corazón se habÃa descarrilado de su destino. Igual que un
vagón de tren abandonado cruelmente, sin ni siquiera un poco de
luz. Puede que eso fuera lo
que necesitase en ese momento.
Luz.
Pensé que eso podrÃa
sacarme de ese pozo sin salida al cual acababas de lanzarme
rencorosamente.
Pero te necesitaba a ti.
Y aun asÃ, cuesta expresar semejante locura.
Puede que ella solo quisiera crecer.
Comerse el mundo a tu lado. Formar parte de tu mente. Pero ese reloj no para.
Pero te necesitaba a ti.
Y aun asÃ, cuesta expresar semejante locura.
Puede que ella solo quisiera crecer.
Comerse el mundo a tu lado. Formar parte de tu mente. Pero ese reloj no para.
Y si, puede que el
tiempo se esfumara, dormida dentro de abrazos falsos, de besos perdidos. De
promesas rotas.
Esa era
yo.
Princesa abandonada por
su majestuoso prÃncipe. Princesa aterrada, Princesa rendida, Princesa al borde
del abismo…
¿A quién pretendo
engañar?
Yo no soy una autentica
princesa. A mi no va a rescatarme ningún prÃncipe.