Narración

Hipócrita

25 noviembre

Des de siempre he odiado la hipocresía. El no ser coherente con uno mismo, no tener las cosas claras, contradecirse y pisar sobre argumentos que se tambalean, que no hay por dónde cogerlos. Normalmente me alejo de las personas hipócritas puesto que estas no me interesan, me aburren
Así pues, ¿puede una alejarse de sí misma?
Últimamente siento que en algunos aspectos de mi vida me he vuelto hipócrita, ando confundida y pisando con pies de plomo sobre cristal, como si tuviera miedo de que este pudiera romperse en cualquier momento, o yo.
Siento que no soy fiel a mi misma, que lo que pienso y lo que digo no concuerdan, que por las mañanas me levanto por inercia, y vivo por compromiso de mi condición de mortal. 

Me parece absurdo, e incluso me molesta verme obligada a "compartir" mi día a día en las redes sociales, y me molesta aún mas saber que a nadie lo importa qué haga en ellos, pero aún así no se pierden uno. Me agobia pensar que personas a las que hace años que no veo, aún deben recordar incluso qué hice el fin de semana pasado. Así pues, ¿cuál es esa necesidad de hacer pública esa información inútil?
Detesto sentirme atada, y más si es a un teléfono móvil, saber que en cualquier momento estoy a disposición de quién lo requiera, pero aún así, si en un día nadie me reclama ya me siento un poco sola. Entonces, ¿debería prescindir de él?

Me apasionan las personas, no la gente, las personas. Siete mil quinientos ochenta y tres millones de humanos en el mundo actualmente, estoy segura de que entre la cantidad de gente con la que me he cruzado, había muchas personas inspiradoras. Amo a los chicos y a las chicas, indistintamente de su género, origen y creencia, pero entonces ¿Por qué me resulta tan difícil encontrar a alguien que realmente me fascine? Siento que la gran mayoría de mis conocidos son eso, conocidos. A veces hago ver que me importan sus vidas, e incluso les ofrezco mi tiempo y mi ayuda aún sabiendo que ellos también hacen ver que les importa la mía. Es extraño, pero siendo consciente de ello, acepto que formen parte de mi ciclo social, en vez de actuar como la persona sincera que soy, y apartarlos de mi vida.

Sé lo que quiero hacer en mi vida, y sé qué es lo que me llena. Quiero no dejar de moverme, ir arriba y abajo de este globo terráqueo tan prometedor, vivir las mil y una aventuras, aprender cosas nuevas día sí día también, y constantemente me pregunto: ¿Hago bien en madrugar a diario para dirigirme al mismo sitio de siempre, a hacer ver que escucho a los mismos profesores de siempre? Sé que se aproxima a lo que tengo que hacer, pero no sé si se parece tanto a lo que debo hacer.
De todas formas, yo lo hago.
Aunque eso va a cambiar.

Narración

Revolucionaria

21 septiembre

Esta chica, por lo triste que está, sigue teniendo unos ojos increíbles. 
Aunque se nota que tiene miedos, muchos miedos, tantos como ganas... Los hace temblar ante ella, se esconden, y ya no vuelven. 
Los chicos, digo.

Todos tenemos un ojo más potente que el otro, el que dirige y sostiene el peso de la mirada. Ella lo sabe y te come, te hace arder, y te deshace si te mira más de cinco segundos. 
Si arquea la ceja y entreabre sus apetecibles labios, considérate hombre muerto. 

Besarle en los dedos, jugar con sus aros dorados, acariciarle la mandíbula y admirar su cadera... placeres con los que sueño despierto siempre que la veo.
No quiero ser nunca inferior a ella, no quiero estar a sus pies. Quiero admirarla, ver como araña a la vida y que se luzca ante mi. Mi chica revolucionaria, quiero observarla y conocer sus juegos y armas, sus creencias y objetivos, y así sorprenderla e intrigarla. 

Romperle todos sus esquemas.
Que todo se le vaya de las manos.

Esta chica me gusta porque no abusa de las palabras y le rebosan los hechos de las manos.
Esta chica me gusta porque siento que me consume la vida cada vez que me cruzo con ella,
y volvería a cruzar mil veces más si así llego a besarla,
porque, ¿de qué sirve un beso, si no mata un poquito?

Narración

Incondicional

31 agosto

Ojala pudiera asumir como soy y seguir queriéndome incluso después de volver a meter la pata, pero no puedo evitar luchar contra mí misma. 
Aunque pierda siempre. 
Y es que soy de las que se mira al espejo y no se encuentra. Me observo por fuera y sólo veo unos ojos que gritan misterio, si es que el misterio se percibe por los ojos, y si es que estos pueden gritar, que aún no lo sé.
Me observo y me pregunto si el problema está en mí, si en verdad la vida es sencilla y soy yo quien juega a complicarla, y si la lealtad realmente está sobrevalorada.
Lealtad. 
Bonita palabra... me recuerda a "incondicionalmente".
Sin duda, uno debe amarse a sí mismo incondicionalmente, contra viento y marea, pase lo que pase. Uno debe ser su propio salvavidas. Ganarle la partida a la vida cuando esta se pone juguetona. Suena fácil, ¿a que sí? Me se la teoría de memoria, ahora solo falta dominar la práctica.

Me observo y me pregunto si una vez lograda la confianza y fidelidad propia, es necesario también sentir la lealtad de quién nos rodea, si uno puede lograr ser feliz sin compartirlo, y si la compañía es solo un "topping" según personalidades. Si es así, ¿Por qué buscamos incesantemente tener a "los nuestros" y cuanto mas cerca mejor?

El otro día leí en un libro de Espinosa que nunca hay que preguntarse el porqué de las cosas, ya que este no existe. A mi me resulta imposible, pero él opina que hacerlo solo trae tristeza. Decía también que la gente no actúa de manera natural y comprensible, y entendí que si uno no se comprende a sí mismo, no puede comprender a los demás. De la misma manera que si uno no se quiere a sí mismo, no será querido por los demás.

Ahora sé lo que quiero.
Quiero entenderme, quererme y admirarme incondicionalmente, para así lograr ser entendida, querida y admirada. No hace falta que sea incondicionalmente, con sentir una mirada que me lo grite me basta.

Narración

Sola e intensa

31 julio

Todo se repite una vez más.
Hacía tiempo que no me sentaba en mi escritorio a oscuras con las mejillas mojadas y esas tristes canciones en "repeat", la ventana abierta, y la luna brillando sola e intensa.
Hacía tiempo que no me sentía triste.
Siempre te he usado para soltar toda esa mierda que no aguanto dentro, y no te visito desde Diciembre porque entonces tenía tanta alegría dentro que no la quería compartir. La valoraba y la quería solo para mí. 

Hoy te vuelvo a visitar, y es que he gastado toda la alegría que tenia. Ya no me queda nada.
Es hora de creer en mi, y no me dejo. Me censuro, me desprecio y ni me compadezco.
He dejado que me desvalúen, que prescindan de mí, que me olviden. No he tenido que dar explicaciones, desmentir acusaciones ni remediar acciones. 
¿Por qué nadie ha querido mantenerme?
¿Por qué nadie ha creído que valiera la pena?
¿Por qué a nadie le ha costado alejarse de mí?

Ahora ya no quiero alguien que me consuele en la cama cuando no encuentre las palabras, ni alguien que me diga que todo va a estar bien. Ahora quiero ser yo quien me lo diga, quiero confiar en mí y desarmarme, aunque me cueste cien mil lágrimas y cien mil cicatrices. Porque ahora solo estoy yo, y si no me quiero y creo en mí, nadie lo hará.