Estamos aquà para reÃrnos de las oportunidades que no
cogimos, de todas esas carreras a muerte persiguiendo los trenes que perdÃamos justo
en el andén, para vivir tan bien que la muerte se estremezca y tiemble ante
nuestros ojos. Seguimos aquà para reÃrnos de las cicatrices que llevan su
nombre, y de los ojos de esos nombres los cuales nunca acabaron de cicatrizar del
todo bajo nuestras pieles.
Volveremos aquà con la certeza de que nos equivocamos una y
otra vez. Brindaremos por los errores que nos llevaron lejos, que todo habrÃa
sido muy aburrido si todas nuestras decisiones hubiesen sido acertadas y si los
planes hubiesen salido siempre como esperábamos.
Estamos aquà orgullosos de nuestros errores, de asumir
riesgos y huir de los planes, de centrar nuestras vidas en emociones inesperadas,
y recordarlas como las mejores. Orgullosos de que la vida nos haya maltratado, y nos haya hecho ver que somos los más peligrosos, ya que sabemos que podemos sobrevivir a todo aquello que se nos enfrente.
Seguiremos siendo aquellos de los que advertÃs a vuestros
hijos; los que no viven al dÃa para que entonces nunca muera la noche y
aquellos a los que no os gusta mirar porque somos el espejo donde veis todo lo
que fuisteis años atrás y dejasteis de ser porque os dio miedo arriesgaros y seguir
siendo.
Seremos aquellos que murieron intentando hacer algo grande, y
vosotros seréis los que pretendÃan no morir cuando en verdad ya habÃan muerto,
por pretender vivir sin intentarlo.
Os pasáis la vida corriendo, corréis porque perdéis el metro,
porque llegáis tarde al trabajo, corréis cuando llueve para no mojaros, corréis
porque cierran, lo hacéis para coger el
teléfono, os corréis una vez, solo, que creéis que tenéis prisa, cuando en
realidad no tenéis nada mejor que hacer.
¿Os creéis que de esto es de lo que va la vida no? “aprovecha”
tu tiempo, madruga, vete al trabajo, o estudia para tener uno bueno, vete al gimnasio,
haz la compra, queda con tus amigos, siéntate tres horas delante del televisor
para relajarte, pero no leas un libro, no hay tiempo para eso.
Corréis sin sentido y os corréis consentidos.
Corréis porque creéis que asà llegareis antes, aunque no más
lejos. Corréis porque creéis que asà alcanzareis aquello por lo que lucháis,
aunque no recordéis del cierto qué era lo que perseguÃais y pasáis, de
perseguidores a perseguidos por las manecillas de un reloj que no para, y que
esta mañana vuelve a decir que llegas tarde.
Os corréis, huis.
De vosotros mismos, de las ganas, de la vida, de los sueños
que abandonasteis porque no habÃa
tiempo, porque os falta vida. Huis de quedaros a solas y que os dé tiempo a
pensar por qué demonios tenéis tanta prisa, cuando en realidad tenéis todo el
tiempo del mundo.
Yo solo quiero que corra la sangre por mis venas, la lluvia
por mi piel y tu saliva por mis comisuras.
Parad de correr porque a estas alturas, ya no sabéis ni si
huis de nosotros y nuestros riesgos, o
de vosotros mismos y vuestra carrera sin sentido.
No corráis, no hay prisa
No huyáis, es lo que quieren.