Fría como el hielo, pero en las manos indicadas se derrite

27 noviembre

Como un simple asteroide que resigue la órbita de Saturno sin fijarse apenas en su camino. Un asteroide desierto que baila a solas alrededor de un planeta cegador, sin perder el tiempo en mirar a su alrededor. Sin querer darse cuenta de que, de vez en cuando, la vida cambia.

La vida nos cambia.

Llega un día en que aparece un nuevo héroe a tu historia, justo en el momento en que levantas la vista del suelo y te preguntas a ti misma el porqué de tu camino recorrido. Cuando te preguntas como vas a ser feliz siendo la mano izquierda de los diestros, la locura de los cuerdos, la última línea de todos los saltos suicidas, los "te quiero" vacíos en camas demasiado llenas... Cuando te preguntas quien coño es Saturno para hacer que tu cabeza le de tantas vueltas... Maldita fantasiosa gravedad la que ha creado a medida, para ti, esas esposas de humo invisibles. 

Pero hoy ya no están.

Llega un día en que aparece un nuevo héroe a tu historia, justo en el momento en que levantas la vista del suelo y te das cuenta de que no eres un simple asteroide. Quizás nunca llegases a serlo, porque, ¿quién puede estar esposado con esposas de humo?

Llega un día en que aparece un nuevo héroe a tu historia, justo en el momento en que levantas la vista del suelo y sientes almas que besan con palabras, y almas que recitan con silencios.

Y te das cuenta de que todos tus relojes se han roto. Porque no saben calcular eternidades, las que tengo que esperar para volver a verte.
Y es que tu hacías que todos los golpes duros de la vida rozaran en mi como suave terciopelo.
Y es que eres el héroe de mi historia, y yo voy a ser la luz de la tuya.


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