Diálogo

Mirar a tus monstruos a la cara y no tenerles temor

06 agosto

+Ahora te voy a contar pequeña, que la vida no es como nos la pintan en esos felices cuentos que nos contaban cuando éramos pequeños. Querida, entérate de que aquí si no das tu brazo a torcer las cosas van a ir todo lo mal que puedan. 
Entiende que en esta vida vas a tener que darte mucho más contra la más dura de todas las paredes y vas a sentir la mirada más fría y penetrante de todas las miradas que has conocido y te quedan por conocer. 
Siento mucho ser yo quien te corte las alas pero basta ya, ¿no crees? Deja de soñar, que aquí quien se ilusiona pierde y los grandes dragones siempre acaban comiéndose a la princesa y si hace falta, al príncipe que intenta hacerse el héroe salvándola también.


- Aunque sé por dónde vas tranquilo que no lograras cortarme tú las alas. 
Me las arrancaron hace mucho pero mucho tiempo, y ya ni siquiera recuerdo cual es la sensación de elevarse, ya que ni yo ni mis pies van a moverse jamás del suelo.
Puede que sea yo la que acaba ilusionándose a menudo y eso explica porque siempre acabo perdiéndolo todo y a todos, y en cuanto a las secuelas te mostraría mis brazos. Sé que no es causa de la pared más dura de todas las paredes pero si de la lija más fina de todas las lijas, que solo con rozarte la piel destroza todo lo que tienes guardado dentro. 

Igual que las yemas de sus dedos dibujando mundos en mi espalda, y esos escalofríos que me recordaban que aún estaba aquí.