Narración

Me gustan tus labios

16 noviembre

Soy yo, otra vez. 
Te escribo tan sólo para decirte que no quiero, ni puedo, vivir sin ti.
No te imaginas lo que pesan las alas cuando yacen empapadas y nadie te las hace batir.
Por mi culpa llevo una semana sin volar, ahora todo es caída. 

No sé si todo este dolor es el que se siente al tocar fondo, o si simplemente soy una exagerada, y tan solo acaba de empezar.

Te echo mucho de menos.
Y eso me pesa, y pesa en los ojos, en las manos, en la espalda, en la vida.

Sin previo aviso cambiaste de libro y yo sigo abrigándome con la misma página por la cual daría mi cuerpo entero a arder antes que a ella. 

De nuevo cojo aire y aguanto la respiración comprimiéndola en lo mas hondo de mi ser, como si de un acto suicida se tratara. Esperando que de esa forma todo lo de mi alrededor se convierta en aire ahogado, y muera.
Y no me sorprendo en absoluto al ver que todo esfuerzo resulta ser en vano.

Narración

Amores de los que te miran intensamente y te susurran obscenidades

03 septiembre

Lo único que me pregunto en las noches con luna y sin ti es si me querrás en diciembre como lo hacías en julio.
Me pregunto si a medida que vayan pasando los meses seguirás diciéndome que las cámaras no me sacan igual de guapa de lo que tus ojos son capaces de verme.

Me pregunto si será inmortal el deseo que tienes de que nosotros lo seamos. Si seguirás poniendo celoso a mi pelo cada vez que me des un beso, y si seguirás cogiéndome de la mano cada vez que veas que empiezo a temblar frente a mis miedos. Como cuando me acaricias, y tengo miedo de sentir como por primera vez, tu tacto acariciándome el alma.

Lo único que me pregunto en las noches con luna y sin ti es si me seguirás queriendo, o si te encontraras amando.
Aunque bien pensado no sé a quien pretendo engañar.
Tu no serias capaz de enamorarte de mi. No serias capaz de amarme.
porque nunca nadie ha asimilado que se puede hacer feliz para siempre a una chica triste.

pero no lo intentes,
porque me pondría triste
dejar de serlo.

Narración

Devia;

25 julio

Las lágrimas están hechas de agua y sal, es como si hubiese un inquieto mar dentro de cada uno de nosotros. Un mar que refleja todo eso que pensamos pero no somos capaces de expresar con el lenguaje de las palabras, y es cuando interviene el lenguaje de las miradas.

Llorar es dejar que el mar se desborde.
Llorar es no querer morir ahogado.

¿Alguna vez has sentido que por muy fuerte que gritases no aparecería nadie para rescatarte?  

¿Que estás tan solo que ni siquiera habría nadie que te oyera?

¿Nunca nadaste solo en un mar de dudas en busca de ese faro para guiarte que tanto te han prometido que encontrarías?


Y ahora sí, ¿alguna vez te han agarrado la mano en medio del vacío para salir de él sin que lo esperaras y han hecho que recuperes de nuevo ese brillo verdoso que hasta tus ojos habían olvidado? 

Dime que también te has sentido apagado al perder a personas que se fueron para no volver. 

Yo no digo que nadie sea mi faro, pero sí que hay personas capaces de encender la luz de este de la misma forma que son capaces de arrebatarla al irse.

¿Pero cuantas veces creerás que has visto el mismo pájaro dos veces? Que aquí todos estamos muy perdidos pendientes de aferrarnos a algo, o a alguien. Y quién diga que no, miente.

Adam Lambert - "Ghost Town"

Narración

El fin justifica los miedos

27 mayo

Hoy he vuelto a decir adiós;
y tampoco me siento mejor.

Será que últimamente me enamoro más de poesías que de bocas, que siento más con versos que con besos. Será que últimamente nadie me sorprende ya, y a veces tengo miedo de haber gastado tanto amor en ti, que ya no me quede nada.

A veces me pregunto si alguna vez me quise, y luego me pregunto si alguna vez alguien me volverá a querer después de ti, o si pasaste sobre mi cual huracán  que después de su paso no ha dejado mas que ruinas en el interior de la ciudad; en mi interior.

Y es que hoy en día parece que todo el mundo tenga prisa. Ya nadie tiene tiempo de sentar la cabeza, agacharse contigo y poco a poco preocuparse de que todo en tu interior pueda reconstruirse tal como estaba, o incluso mejor. 
Ya nadie tiene tiempo de querer como tu lo hacías, o quizá crean que no valdría la pena. Y es que vale la pena quien te la quita, y a mi nadie me quita ni la gruesa capa de polvo que hay sobre mi corazón.
Sé que lo importante nunca fue ser fuerte, sino nunca abandonar la lucha, pero estoy harta de la primavera, yo quiero volver a ser tu invierno.
La Oreja De Van Gogh - Epifanía

Narración

Moriría como un pájaro volando hacia el sol fundiéndose en el atardecer de tu espalda

13 abril

Vi deshacerse ante mi como algodón de azúcar al entrar en contacto con el paladar, como un copo de nieve procedente de tu invierno cayendo lentamente por mi espalda hasta mi culo.

Vi tras sus ojos inquietos qué, pensando que estaban perdidos, en realidad revelaban todo lo que sentían.


Nadie me entendía.
Nadie le entendía.
Me desnudé.
Se desnudó,
y nos entendimos.
Porque nuestra última capa era la misma.



Y no sé si algún día nos servirá para ser superhéroes y acabar con nuestras constantes guerras, pero fue la única que necesitamos para salvarnos a nosotros mismos durante al menos ese breve instante.

Robin Schulz - Headlights.

Narración

No hay prisa

09 marzo

Estamos aquí para reírnos de las oportunidades que no cogimos, de todas esas carreras a muerte persiguiendo los trenes que perdíamos justo en el andén, para vivir tan bien que la muerte se estremezca y tiemble ante nuestros ojos. Seguimos aquí para reírnos de las cicatrices que llevan su nombre, y de los ojos de esos nombres los cuales nunca acabaron de cicatrizar del todo bajo nuestras pieles.

Volveremos aquí con la certeza de que nos equivocamos una y otra vez. Brindaremos por los errores que nos llevaron lejos, que todo habría sido muy aburrido si todas nuestras decisiones hubiesen sido acertadas y si los planes hubiesen salido siempre como esperábamos.

Estamos aquí orgullosos de nuestros errores, de asumir riesgos y huir de los planes, de centrar nuestras vidas en emociones inesperadas, y recordarlas como las mejores. Orgullosos de que la vida nos haya maltratado, y nos haya hecho ver que somos los más peligrosos, ya que sabemos que podemos sobrevivir a todo aquello que se nos enfrente.

Seguiremos siendo aquellos de los que advertís a vuestros hijos; los que no viven al día para que entonces nunca muera la noche y aquellos a los que no os gusta mirar porque somos el espejo donde veis todo lo que fuisteis años atrás y dejasteis de ser porque os dio miedo arriesgaros y seguir siendo.

Seremos aquellos que murieron intentando hacer algo grande, y vosotros seréis los que pretendían no morir cuando en verdad ya habían muerto, por pretender vivir sin intentarlo.

Os pasáis la vida corriendo, corréis porque perdéis el metro, porque llegáis tarde al trabajo, corréis cuando llueve para no mojaros, corréis porque cierran, lo hacéis  para coger el teléfono, os corréis una vez, solo, que creéis que tenéis prisa, cuando en realidad no tenéis nada mejor que hacer.

¿Os creéis que de esto es de lo que va la vida no? “aprovecha” tu tiempo, madruga, vete al trabajo, o estudia para tener uno bueno, vete al gimnasio, haz la compra, queda con tus amigos, siéntate tres horas delante del televisor para relajarte, pero no leas un libro, no hay tiempo para eso.

Corréis sin sentido y os corréis consentidos.

Corréis porque creéis que así llegareis antes, aunque no más lejos. Corréis porque creéis que así alcanzareis aquello por lo que lucháis, aunque no recordéis del cierto qué era lo que perseguíais y pasáis, de perseguidores a perseguidos por las manecillas de un reloj que no para, y que esta mañana vuelve a decir que llegas tarde.

Os corréis, huis.

De vosotros mismos, de las ganas, de la vida, de los sueños que abandonasteis  porque no había tiempo, porque os falta vida. Huis de quedaros a solas y que os dé tiempo a pensar por qué demonios tenéis tanta prisa, cuando en realidad tenéis todo el tiempo del mundo.

Yo solo quiero que corra la sangre por mis venas, la lluvia por mi piel y tu saliva por mis comisuras.

Parad de correr porque a estas alturas, ya no sabéis ni si huis de nosotros y nuestros riesgos,  o de vosotros mismos y vuestra carrera sin sentido.

No corráis, no hay prisa
No huyáis, es lo que quieren.



Per sempre voldré viure la vida amb tu. -M

Kyla La Grange - Cut your teeth.

Narración

Aquella noche

14 enero

Espero que cuando la luna salga esta noche, vuelva a pintarse los labios color carmín, a ver si así consigue que la mires, y puestos a pedir, que la beses ya de una vez.
Dice que te sigue, que se viste de blanco y va cada noche al bar de siempre, a la misma hora. Va a ver si hoy, por casualidad, cuando estés en tu nube (entre copa y copa) levantes la vista de la barra del bar y te des cuenta de que hasta cuando estas en la oscuridad hay algo que brilla, algo que incluso a veces, te sonríe.


Aquella noche la luna estaba muy gata.
Aquella noche la luna brillaba y maullaba. 
Fueras quien fueras, tú estabas muy tú y eso era mucho mejor que todo lo que podía pasar.

Aquella noche, mirando más allá de la barra, por primera vez, la gente era invisible. Los coches no hacían ruido, la lluvia nos daba vida, las sonrisas sonaban más dulces y pellizcarte el culo era el mejor juego para poner la mano en el fuego e intencionadamente e inevitablemente, quemarme.

Aquella noche tropezamos adrede como tontos con todas las piernas para caernos y acabar dándonos más de un revolcón de los buenos.
Aquella noche las estrellas nos importaban un carajo si tú y yo nos teníamos el uno al otro.
Aquella noche todo lo que no era tú me a sabia a ti y tu me sabias mejor de lo que sabían todas las demás cosas.

Quizá aquella noche no follamos ni te agarre fuerte del pelo como a mí me hubiese gustado, pero aun así, fue una noche especial. Desde entonces, todas las calles  en las que besé tus labios color carmín (y en las que no, también) me saben a ti, y beso otros labios y estos me saben a cerveza y a ti, a vodka y a ti, a tabaco y a ti. A ti a ti, siempre a ti.

Y no es que te eche de menos, (que sí), es que echo de más este malestar que es no tenerte.
Y no es que te eche de menos, (que sí), es que no me sale de dentro estar sin ti.