Narración

Incondicional

31 agosto

Ojala pudiera asumir como soy y seguir queriéndome incluso después de volver a meter la pata, pero no puedo evitar luchar contra mí misma. 
Aunque pierda siempre. 
Y es que soy de las que se mira al espejo y no se encuentra. Me observo por fuera y sólo veo unos ojos que gritan misterio, si es que el misterio se percibe por los ojos, y si es que estos pueden gritar, que aún no lo sé.
Me observo y me pregunto si el problema está en mí, si en verdad la vida es sencilla y soy yo quien juega a complicarla, y si la lealtad realmente está sobrevalorada.
Lealtad. 
Bonita palabra... me recuerda a "incondicionalmente".
Sin duda, uno debe amarse a sí mismo incondicionalmente, contra viento y marea, pase lo que pase. Uno debe ser su propio salvavidas. Ganarle la partida a la vida cuando esta se pone juguetona. Suena fácil, ¿a que sí? Me se la teoría de memoria, ahora solo falta dominar la práctica.

Me observo y me pregunto si una vez lograda la confianza y fidelidad propia, es necesario también sentir la lealtad de quién nos rodea, si uno puede lograr ser feliz sin compartirlo, y si la compañía es solo un "topping" según personalidades. Si es así, ¿Por qué buscamos incesantemente tener a "los nuestros" y cuanto mas cerca mejor?

El otro día leí en un libro de Espinosa que nunca hay que preguntarse el porqué de las cosas, ya que este no existe. A mi me resulta imposible, pero él opina que hacerlo solo trae tristeza. Decía también que la gente no actúa de manera natural y comprensible, y entendí que si uno no se comprende a sí mismo, no puede comprender a los demás. De la misma manera que si uno no se quiere a sí mismo, no será querido por los demás.

Ahora sé lo que quiero.
Quiero entenderme, quererme y admirarme incondicionalmente, para así lograr ser entendida, querida y admirada. No hace falta que sea incondicionalmente, con sentir una mirada que me lo grite me basta.