Narración

Me gustan tus labios

16 noviembre

Soy yo, otra vez. 
Te escribo tan sólo para decirte que no quiero, ni puedo, vivir sin ti.
No te imaginas lo que pesan las alas cuando yacen empapadas y nadie te las hace batir.
Por mi culpa llevo una semana sin volar, ahora todo es caída. 

No sé si todo este dolor es el que se siente al tocar fondo, o si simplemente soy una exagerada, y tan solo acaba de empezar.

Te echo mucho de menos.
Y eso me pesa, y pesa en los ojos, en las manos, en la espalda, en la vida.

Sin previo aviso cambiaste de libro y yo sigo abrigándome con la misma página por la cual daría mi cuerpo entero a arder antes que a ella. 

De nuevo cojo aire y aguanto la respiración comprimiéndola en lo mas hondo de mi ser, como si de un acto suicida se tratara. Esperando que de esa forma todo lo de mi alrededor se convierta en aire ahogado, y muera.
Y no me sorprendo en absoluto al ver que todo esfuerzo resulta ser en vano.