Empezar un enero frÃo con los labios crudos, Con un invierno lleno de lágrimas y continuos arrepentimientos. De nuevos y extraños besos con sabor a tabaco y alcohol. Y todas esas respiraciones ahogadas dentro de tantas diferentes bocas.
Solo se trata de
aprender a ver que habrá mil mascaras en tu corazón, que tanto tu como yo sabemos que con sus latidos solo intenta disimular que muere por acercarse a mi y agarrarme por la cintura como meses atrás hubieras hecho sin preocupaciones. Y aun que hoy te vuelva a ver, sigues igual pero aún más roto, sin ganas de besarme, pero con los labios agrietados de la falta de ese fugaz amor.
Con la voz rota pero con aún menos fuerzas para chillar con esas ganas eso de lo que ahora tanto crees que deberÃas arrepentirte.
Pero yo tampoco te voy a mentir. Asà que tampoco he vuelto a ser tan feliz como a tu lado. Sigo con los ojos rotos de la pasión que me falta cuando tu me mirabas. Con esos ojos marrones que entonces tanto me mintieron, pero que ahora cada dÃa son más grises. Y hoy ya no lloran.
Gracias por enseñarme que el amor más grande nunca acaba bien, y no te creas, solo he venido hasta ti para convencerte de que nuestro amor era el más grande, y que aun que algún cruel dÃa se acabe, lo nuestro aún no ha terminado.
Y espero que cuando oigas esto vengas corriendo hacia mi, tirando las cosas que lleves para correr más rápido sin sentir como las primeras lagrimas salen de tus ojos, y deseado lanzarte ya a mis brazos amor, entonces sabrás que yo harÃa lo mismo por ti.