Como un
simple asteroide que resigue la órbita de Saturno sin fijarse apenas
en su camino. Un asteroide desierto que baila a solas alrededor de un planeta
cegador, sin perder el tiempo en mirar a su alrededor. Sin querer darse
cuenta de que, de vez en cuando, la vida cambia.
La vida nos cambia.
Llega un dÃa en que aparece un nuevo héroe a tu
historia, justo en el momento en que levantas la vista del suelo y te preguntas
a ti misma el porqué de tu camino recorrido. Cuando te preguntas como vas
a ser feliz siendo la mano izquierda de los diestros, la locura de los cuerdos,
la última lÃnea de todos los saltos suicidas, los "te quiero" vacÃos
en camas demasiado llenas... Cuando te preguntas quien coño es Saturno para
hacer que tu cabeza le de tantas vueltas... Maldita fantasiosa gravedad la
que ha creado a medida, para ti, esas esposas de humo invisibles.
Pero hoy ya no están.
Llega un dÃa en que aparece un nuevo héroe a tu historia,
justo en el momento en que levantas la vista del suelo y te das cuenta de que
no eres un simple asteroide. Quizás nunca llegases a serlo, porque, ¿quién
puede estar esposado con esposas de humo?
Llega un dÃa en que aparece un nuevo héroe a tu historia, justo en el momento en que levantas la vista del suelo y sientes almas que besan con palabras, y almas que recitan con silencios.
Y te das cuenta de que todos tus relojes se han roto. Porque no
saben calcular eternidades, las que tengo que esperar para volver a verte.
Y es que tu hacÃas que todos los golpes duros de la vida rozaran
en mi como suave terciopelo.
Y es que eres el héroe de mi historia, y yo voy a ser la luz
de la tuya.