Espero que cuando la luna salga esta noche, vuelva a pintarse los
labios color carmÃn, a ver si asà consigue que la mires, y puestos a pedir, que
la beses ya de una vez.
Dice que te sigue, que se viste de blanco y va cada noche al bar de siempre, a la misma hora. Va a ver si hoy, por casualidad, cuando estés en tu nube (entre copa y copa) levantes la vista de la barra del bar y te des cuenta de que hasta cuando estas en la oscuridad hay algo que brilla, algo que incluso a veces, te sonrÃe.
Dice que te sigue, que se viste de blanco y va cada noche al bar de siempre, a la misma hora. Va a ver si hoy, por casualidad, cuando estés en tu nube (entre copa y copa) levantes la vista de la barra del bar y te des cuenta de que hasta cuando estas en la oscuridad hay algo que brilla, algo que incluso a veces, te sonrÃe.
Aquella noche la luna estaba muy
gata.
Aquella noche la luna brillaba y maullaba.
Fueras quien fueras, tú estabas muy tú y eso era mucho mejor que todo
lo que podÃa pasar.
Aquella noche, mirando más allá
de la barra, por primera vez, la gente era invisible. Los coches no hacÃan ruido, la lluvia nos daba vida, las sonrisas
sonaban más dulces y pellizcarte el culo era el mejor juego para poner la mano
en el fuego e intencionadamente e inevitablemente, quemarme.
Aquella noche tropezamos adrede como tontos con todas las piernas para caernos y acabar dándonos más de un revolcón de los buenos.
Aquella noche las estrellas nos
importaban un carajo si tú y yo nos tenÃamos el uno al otro.
Aquella noche todo lo que no era tú
me a sabia a ti y tu me sabias mejor de lo que sabÃan todas las demás cosas.
Quizá aquella noche no follamos
ni te agarre fuerte del pelo como a mà me hubiese gustado, pero aun asÃ, fue
una noche especial. Desde entonces, todas las calles en las que besé tus labios color carmÃn (y en
las que no, también) me saben a ti, y beso otros labios y estos me saben a cerveza y a ti, a vodka y a ti, a
tabaco y a ti. A ti a ti, siempre a ti.
Y no es que te eche de menos,
(que sÃ), es que echo de más este malestar que es no tenerte.
Y no es que te eche de menos, (que
sÃ), es que no me sale de dentro estar sin ti.