Y siendo yo la que liaba, acabe siendo yo liada.
Y es que, ¿Quién no se dejarÃa liar por esos ojos verdes sin fondo donde siempre retumba el eco?
Y es que, ¿Quién no se dejarÃa liar por esos ojos verdes sin fondo donde siempre retumba el eco?
Esas manos inquietas, esos labios ansiosos, esa mandÃbula hambrienta en una atmósfera espacial...
Me aprendà de memoria su columna vertebral para ciega, seguir el camino hasta su culo. Con los pies llenos de heridas de tantos platos rotos, y veinte mil historias inventadas en su pecho.
No necesitaba más que mirar a través de tus pupilas y sentirme flotando en la galaxia vacÃa, en un universo paralelo donde el silencio es un idioma y las flores crecen a la luz de la luna y duermen con el sol. Donde no recuerdo las razones por las que sigo queriendo cambiar los domingos, donde la respuesta a lo más sumamente importante es estrellar todos los miedos y botellas de whisky contra el asfalto mojado.
Horas y horas encerrada entre sus sabanas, horas y horas entre sus brazos soñando en vida. Siempre al borde del precipicio de sus ojos, donde no me importarÃa morir de sobredosis.
Y es que cuando él me mira es asà como me siento. Aun no sé con qué clase de brujerÃa lo hace, ni ansÃo saberlo, pero por instantes de recuerdos, me devuelve a la vida.
Me aprendà de memoria su columna vertebral para ciega, seguir el camino hasta su culo. Con los pies llenos de heridas de tantos platos rotos, y veinte mil historias inventadas en su pecho.
No necesitaba más que mirar a través de tus pupilas y sentirme flotando en la galaxia vacÃa, en un universo paralelo donde el silencio es un idioma y las flores crecen a la luz de la luna y duermen con el sol. Donde no recuerdo las razones por las que sigo queriendo cambiar los domingos, donde la respuesta a lo más sumamente importante es estrellar todos los miedos y botellas de whisky contra el asfalto mojado.
Horas y horas encerrada entre sus sabanas, horas y horas entre sus brazos soñando en vida. Siempre al borde del precipicio de sus ojos, donde no me importarÃa morir de sobredosis.
Y es que cuando él me mira es asà como me siento. Aun no sé con qué clase de brujerÃa lo hace, ni ansÃo saberlo, pero por instantes de recuerdos, me devuelve a la vida.