Primavera silenciosa

05 abril

Aunque últimamente cada día es un umbral de repeticiones, hoy la luz es distinta. El aire pesa más. Creo que tengo fiebre y deseo que abril me abrace, a él siempre lo recibo con ganas. 
Hoy muchas cosas son diferentes, y tantas otras son las mismas, pero no sabría deciros con exactitud qué ha cambiado realmente. Este año la primavera es silenciosa, en las ciudades los ojos gritan desde los balcones pero no hay quién les oiga. Hoy es un día de esos en los que hueles cambios a kilómetros, pero aún no los ves.
Por ahora solo sé que hoy ha llovido, y que desde que no estas dejaron de haber malas y buenas noches. Dejaron de haber noches.
y las horas que pasabas encima de mí
o las que me llamabas desde mi ventana
ladrona, ¿donde están?
Ahora entiendo que eres tan hábil y efímera que me quitas el tiempo y nadie es capaz de devolvérmelo. Eres tan justa que has dejado las llaves fuera encerrándome aquí dentro, y aunque anhelo las caricias que me brindabas, por suerte mi sombra siempre esta dispuesta a concederme un baile. Te espero y desde aquí veo como crecen brotes y flores nuevas en los arrabales, pese a que en mí pasan los días y siento que todos son iguales.

Golpista

09 octubre

Ojalá podamos ser desobedientes cada vez que recibimos ordenes que humillan nuestra conciencia o violan nuestro sentido común. Ojalá podamos sacar las garras y ser golpistas de nuestra propia vida.

El otro día una buena amiga nos preguntó como describiríamos a un psicópata; calculador, egoísta, mentiroso y manipulador fueron algunos de los adjetivos que salieron con mayor esplendor. Fue entonces cuando me di cuenta de que unos menos otros mas, allí reunidos, amigos, todos podíamos colar por formidables psicópatas idos.
Las raíces chico, estas nunca mienten.
Seres humanos atados de manos y pies a un proceso de des-humanización inminente. Una sirena que nos canta y nos seduce la mente, relamiéndose y con los dientes largos, casi gentilmente.
Me descompuse, dejé de reírme de la fe, así pues la entendí. Seres racionales con la necesidad de creer en algo divino, y mejor aún si este es masculino. Ser idealizado que no haya estado corrompido por la avaricia, esa codicia que nos llega a las pestañas, te digo que en esta vida mas vale hacer caso solo al corazón y a las entrañas.

Y creo que a veces es verdad que la amistad es un castigo, pero que Dios me parta si traiciono a algún amigo, y es que voy en busca de esa clase de torpes que les duelen más las palabras que los golpes, alguien que sepa que la vida consiste en perdonar y agradecer, y que espere de mi poco más que escribir y envejecer, pero por ahora no me queda mas que confiar en que la muerte tenga labios de mujer. 
Lo confieso, a veces sueño con ese beso que me quite el peso y ponga el punto final a este exceso, para así lograr ser libre de este mundo preso. 
Golpista; si me ves abrázame, quizás es lo único que nos quede.

Narración

Los siete pecados capitales

21 septiembre

De rodillas en el confesionario, una arrepentida admitió que era culpable de avaricia, gula, lujuria, pereza, envidia, soberbia e ira:

Jamás me confesé. Yo no quería que ustedes, los curas, gozaran más que yo con mis pecados, y por avaricia me los guardé.
¿Gula? Desde la primera vez que le vi, confieso, el canibalismo no me pareció tan mal.
¿Se llama lujuria eso de entrar en alguien y perderse allí dentro y nunca más salir? Eso de que alguien entre en ti, se pierda y nunca más salga. Ese hombre era lo único en el mundo que no me daba pereza, y a su vez, lo único que me daba ganas de vivir. 
Yo sentía envidia. Envidia de mí. Lo confieso. Desde entonces no podía imaginar, ni soñar con estar en un ser que no fuera el mío. Seria contraproducente, no tendría ningún sentido.

Y confieso que después cometí la soberbia de creer que él era yo.
Y quise romper ese espejo, loca de ira, cuando no me vi junto a él.

Prosa

El grito

23 julio

Les clavaría hasta el codo, soy una niña mala, 
y aquí vale todo. 
Altivez, altanería, como la artillería
me siento como un díscolo
a mí me sale solo, y no me va ese rollo.

Me cansé de ser buena y ahora esto parece una verbena, 
hay tanta niña pija ladrándome en la oreja...
me hartáis, chica, me dais mucha pereza.

Solo tenéis un remo, vais en círculos, un ritmo bohemio y un tono blasfemo.
Palabra ofensiva, injuriosa, contumeliosa... majestad divina, yo te adoro
 pero es el precio de ser puro, 
que lo pierdes todo
y te quedas solo.

Alimentas esta rabia, mi alma se levanta
siéntelo en la garganta.
Eres una farsanta, vas de santa
y no veas como eso canta.


Mi grito se ahoga en ti
"l'appel du vide" de Luzbel,
un clavel en la torre de Babel.

Me observas desde el diván
No dejas que acabe esto, te veo insatisfecho,
como cuando Pompeya vio estallar el volcán
luego, si quieres, apóyate en mi pecho, 
me encanta dormir por la nariz unidos y sentir tu aliento.

¿Uno rapidito? 
Bésame, tómame y quítame de encima este grito.

Eres la puerta, eres la mano, eres la llave
eres como una musa que me lame cuando llame.
Eres mi Jack hasta que la luna te reclame
eres un tic-tac que me acerca al pésame
bésame,
tómame.

Narración

La plenitud de la vida

25 junio

Harta del neoliberalismo, del abuso de autoridad, de las prisas, harta de los competentes y las competiciones, de la comida basura, de la ropa de marca y los televisores de plasma, del toque de queda.
Harta del modernismo, de los clichés y las modas, de los clones, de la burocracia y los tecnócratas. Harta de la justicia robada, de las verdades compradas, de los informativos, de los debates de televisión, de los partidos de televisión, de las series de televisión. De la televisión.
Hasta los ovarios de los plenos del congreso y del congreso, de los congresistas y de alimentar con nuestro sudor toda su familia. Hasta los ovarios de este machismo de base, del pánico a la mujeres libres y de los que juegan a privatizar sus úteros. Harta de no beber en los parques, de no fumar en los bares y de quitarle el mono a policías drogadictos con mis canutos y aguantar su prepotencia.
Harta de las exigencias y de la falta de todo: de amor, de besos, abrazos, arañazos, sonrisas, miradas complacientes, miradas sexuales, miradas furtivas, miradas de comunicación, de complicidad, de empatía, de sentido común, de sentido, de paz.
Harta también de la apariencia, de la gente que 'va de' y no es absolutamente nada, de los "tenemos que vernos, eh", de los que creen que influyen, de los medios de información, de las radio-fórmulas. Harta del sistema educativo, de las clasificaciones, del menosprecio a la creatividad.
Harta de acumular y acumular, de comprar y comprar, de gastar y tirar.
Harta del "acuéstate temprano", "no fumes", "no te drogues", "come a tu hora", "pórtate bien", "cuídate"... que no me cuido, joder, que no quiero vivir hasta los ochenta para jubilarme a los sesentaysiete, que muy bien lo tenéis que pasar en el asilo los que os torturáis cuidadosamente de críos. Harta de la seriedad, de la insaciabilidad, de la insatisfacción, de la puntualidad, del tiempo, los relojes, los horarios, las horas y todo lo que coarta mi libertad de decidir qué y cómo en cada momento. Harta del amor cursi, del casarse (porque sí), de tener hijos (porque así ha de ser), del amor insano, de la propiedad, de que intenten reprimirme, de que os repriman. Harta de la unilateralidad del amor y su lucha de egos, harta del amor que te venden en las marquesinas y cumplís a raja-tabla, harta de las cabezas cuadradas y del maltrato.
Harta del S.XXI y de las luces, del consumo exagerado, de las casas que joden las primeras líneas de playa, de las carreteras que dividen montañas, de los eufemismos y de los que siempre quieren quedar bien (por encima de todo). Harta del miedo que nos infunden y no nos deja follar tranquilxs.
Harta del rey, de la reina, del príncipe, de las infantas, de sus primos, sus cuñados, sus tíos, sus yernos, sus abuelos y todos sus muertos. De la realeza y de los vagos que viven a costa del resto. De la heteronomía hasta los treinta, de los colegios de curas, de los curas y sus curas. De las multinacionales, de los monopolios, de Monsanto, de los empresarios, de las empresas, harta de la jerarquía, de la oligarquía. Harta de esta democracia. 

Harta de que le hayamos robado plenitud a la vida. 
Harta de ser cómplice de todo esto. 
Harta de no saber cambiar nada sin el resto. 
Harta de estar harta.

Narración

70's

14 junio

En la mañana, reposan mis ideas como tumbonas abandonadas en un jardín de casa de veraneo de finales de los 70.
Todavía no es verano,
y os prometo, porque jurar no juro, que no toman el sol.
Realmente mis ideas están muy ocupadas. Hablan y debaten entre ellas, dan vueltas y mas vueltas sobre si mismas como lo hacéis muchas de vosotras, y a veces, como tantos polos opuestos, se cruzan y se aman.
Benditas contradicciones, qué loca me dejáis.
Así pues, mis ideas están muy ocupadas. Toman Southern Comfort y tienen fe en la condición humana,
y yo me río de ellas. 
Puedo ver como el sol va destiñendo el amarillo del típico patrón de rayas. Cada vez chilla menos, y mientras tanto yo escucho como me cuentas por qué aún estas enamorado de tu ex, tumbada en tu cama, y haciendo ver que me estremece tu sensibilidad. 
Quizás soy yo quién debería dejar de estar tan ocupada y de darme lástima. Obedecerme más.

Quizás me encantaría hacer como Elio y el melocotón y dejarme llevar
Quizás lo esté deseando
Quizás no me atreva.

Prosa

Con el prefijo inverso

29 marzo

El otro día soñé que era una espía
de esas a las que pagan a sueldo, 
por robar
por matar
o por lo que sea.

La misión de la noche era seducir,
fácil.
Se trataba de una mujer importante,
de un alto cargo político, creo.
Al fin y al cabo no eramos tan diferentes, jé.

Tal y como he dicho,
 fue fácil.
Las mujeres siempre se me han dado bien.
Normalmente después de besarlas no las mataba,
pero a decir verdad, 
la recompensa me importaba más
que una mayor libertad de movimientos.

Sin embargo, algo no salió bien.
Esta vez el dinero no iba a cerrar la herida.
Que se abstengan los sensibles, 
como yo,
o no.

Estábamos en el baño,
el de mujeres.
Puede sonar cutre, 
pero hasta allí abajo olía a lujo.
Buen olor para llevarse a la tumba, pensé.

Tengo una mente retorcida,
eso lo sé des de los ocho 
o nueve años,
pero, ¿de verdad no se me ocurrió nada mejor para matar
que un martillo?

Siento destrozar vuestras posibles fantasías, 
pero no hay duda de que 
el cliché de "asesina a sueldo" 
esta sobre valorado.
O al menos lo acabo de destronar.

Así pues, utilizando esa herramienta 
de construcción con el prefijo inverso,
recreé la imagen más impactante 
y terrorífica 
que había imaginado jamás.

Quizás haber visto Kill Bill la noche anterior 
habría tenido algo que ver en eso,
es muy posible.

Un ser condenado
un rostro desfigurado
un cráneo destrozado
lágrimas rodando,
y una amplia sonrisa.

Sí, una amplia sonrisa.
y es que mientras estaba ultimando a esa mujer 
ella no hacia mas que mostrarme una amplia sonrisa
(con dientes incluidos),
 y pedirme una y otra vez lo siguiente:
-pero aún así, podremos volver a estar juntas, ¿verdad?

Fue entonces cuando me di cuenta de que,
en realidad, 
aunque yo de política y lujosa tenga poco,
 la mujer a la que estaba matando en ese baño perfumado
 era yo misma.

Quizás algún día me atreva a explicar el por qué 
de mi auto-asesinato.
De momento, prefiero que siga siendo una simple pesadilla
narrada en sátira y humor,
antes de que se convierta en algo real,
y duela.