Al mecanógrafo de mi vida

14 febrero

Lo intento, te juro que lo intento
pero no lo consigo.
Solo hago que asustarme de mi misma.
Solo hago que preguntarme quién soy y qué es lo que realmente siento. 
Es como si dentro de mí habitaran unas manos silenciosas e inquietas acariciando premeditadamente una máquina de escribir, redactando al detalle el guion de mi vida, sin que yo llegue realmente a percibirlo.
Ya he aprendido como funciona esto; te sonreiré, mis viciosos ojos brillaran, contaré hasta cinco inconscientemente y te besaré. Primero suave, un beso delicado, no vaya a ser que todo parezca demasiado preparado. Seguidamente querré sorprenderte, estremecerte, y te besaré fuerte y con ganas, con más ganas y deseo con las que probablemente te habrán besado nunca. 

No te lo negaré, no todo ha sido planeado; hay veces en que hago tan bien mi papel, que hasta me confundo a mí misma. Me siento a gusto, la ilusión me invade, casi llego a pensar que estoy a punto de quemarme aun estando a diez grados bajo cero, e incluso a veces, siento que siento.

Es triste, pero todo pasa en frente de mí, amores, pasiones, discusiones y emociones. Siempre salgo inerte de todas ellas. Nadie cala hondo, directamente nadie cala. Nadie enciende la mecha que hay en mí, no aparecen más que cerillas efímeras que no llegan a encontrar donde habitar su fuego.

Y yo cada vez estoy más helada.

You Might Also Like

0 comentarios